El IPTV es, como su nombre indica, la distribución de señales de imagen y audio a través de protocolo IP, es decir, a través de Internet. Estas señales suelen incluir canales lineales, a diferencia de las OTT que suelen ofrecer normalmente contenido bajo demanda.
En el caso del IPTV, la calidad se ve normalmente afectada por varios factores más allá de la velocidad que tengamos contratada. Actualmente, con una conexión de 100 Mbps, no debería haber ningún problema para ver contenido en streaming de plataformas como Netflix o YouTube, así como tampoco debería de haberlo a la hora de ver contenido a través de IPTV.
El problema es que nuestra velocidad no es el único factor en la calidad de imagen, ya que esta calidad está limitada por las propias plataformas. Por ejemplo, Netflix limita el bitrate de su contenido a cifras que alcanza, como máximo, 25 Mbps en 4K, rondando normalmente cifras en torno a los 15 Mbps. En el caso de YouTube, el bitrate en 4K es de entre 13 y 34 Mbps para vídeos a 30 FPS.
Así, donde en el pasado eran las conexiones a Internet las que presentaban problemas para ver contenido en streaming con buffering todo el rato, ahora el problema está en la capacidad que tienen las plataformas para ofrecer ese contenido (a no ser que uses una tarifa de Internet móvil). Esta es la razón para detener la reproducción automática de Netflix y que nos la plataforma nos pregunte si seguimos ahí tras estar viendo más de tres capítulos seguidos.
Las compañías intentan reducir al máximo los costes del tráfico, y ese es el motivo de que, aunque nuestras conexiones actuales alcancen cifras ya de 1 Gbps en algunos operadores, la calidad de imagen que vamos a ver es la misma que con 100 Mbps.
Lo mismo ocurre con el IPTV pirata. En el caso del IPTV normal son los operadores los que se encargan de ofrecer una excelente calidad de imagen, con un bitrate en Full HD de 13 Mbps que es casi el mismo que usa Netflix en 4K.
En el IPTV pirata la situación es muy distinta, ya que ahí el camino que suelen seguir las señales que recibimos puede ser mucho más retorcido, además de tener un ancho de banda más limitado. Además de que normalmente los servidores están en otras zonas, su capacidad es más limitada y la latencia es mayor, por lo que suele ser normal percibir algún que otro corte como consecuencia.
Así, aunque se tenga una conexión mayor, la calidad y el bitrate del contenido es la que es, y aunque una buena conexión puede ayudarnos a que haya otros elementos que eviten la generación de cortes, como que haya más gente usando Internet en el hogar, la calidad del contenido no va a mejorar.
El ancho de banda es uno de los retos a los que se enfrenta Internet en la actualidad, y por ello la calidad no va a aumentar demasiado mientras siga aumentando el número de usuarios. Netflix ha implementado soluciones como nuevos algoritmos de compresión que ofrezcan más calidad sin reducir el ancho de banda, aunque a efectos prácticos lo que han hecho es seguir ofreciendo la misma calidad y reducir ligeramente el ancho de banda ya en algunos países.
Por tanto, con una conexión de 100 Mbps tenemos margen más que de sobra para ver bien IPTV, aunque si hay más gente en casa quizás nos venga mejor tener algo de margen con 300 o 600 Mbps.